viernes, 29 de junio de 2012

EL AUTOBÚS FANTASMA






De la ciudad de Toluca a la ciudad de Ixtapan de la Sal, anteriormente era obligado transitar por una carretera bastante sinuosa y peligrosa, pues bordea un precipicio sumamente profundo casi vertical y de roca sólida. Actualmente existe una autopista.
 Un día de tantos un autobús partió de Ixtapan de la Sal con rumbo a Toluca. El viaje era de lo más normal aunque circulaba por la noche, muchos de los pasajeros habían hecho ese viaje varias veces así que aprovechaban para dormir. El autobús inició el viaje lleno, subió por la cuesta sin problemas cuando comenzó a llover, como tantas veces en esa parte del camino, entonces alcanzó el punto más alto y luego inició el descenso e iniciaron las famosas curvas de Calderón, un tramo de carretera, en el cual las curvas son sumamente cerradas y peligrosas, además se caracteriza porque sin importar si se va a Toluca o se viene de ella esa parte es de bajada, pues es parte de una hondonada bastante grande y donde hay un puente en el cual sólo cabe un auto y está además al salir de una curva muy cerrada.
 En ese puente han ocurrido accidentes muy graves y muchos de ellos mortales, está tan hondo que a no ser por la cantidad de piedras afiladas a los lados, fácilmente podría sujetarse un “bungee”. El autobús en cuestión inició su descenso, con lluvia y por supuesto el pavimento mojado. De repente los pasajeros se percatan de que el autobús está ganando velocidad y se asustan, reclamando al conductor, quien no dice nada en absoluto, entonces sumamente nervioso al fin atina a decir:
¡¡¡Están fallando los frenos!!!
 En poco tiempo el autobús toma tanta velocidad que es imposible controlarlo y en una curva el autobús se precipita al vacío, muchos mueren instantáneamente a causa del golpe, otros yacen inconscientes, hasta que el autobús se incendia y en poco tiempo es consumido por las llamas. Nadie escuchó los gritos de los pocos pasajeros que pedían ayuda y todos mueren de una forma horrible.
 Mientras tanto en las oficinas de la central de autobuses no reciben el reporte de que el autobús número 40 de esta línea de autobuses haya llegado, está demasiado atrasado y era el último de la noche de modo que si se averió, no habrá otro que lo alcance y pueda traer a los pasajeros, de modo que se envía un vehículo a investigar. No parece haber rastro de él en todo el trayecto, al menos no hasta llegar a las curvas de Calderón, donde una patrulla de la policía ha localizado un terrible accidente. No hay supervivientes y los cuerpos están unos destrozados fuera de lo que quedó del autobús y otros calcinados dentro del mismo.
 Sólo fue noticia por poco tiempo, pero a partir de esa fecha y por las noches si te encuentras en la carretera de Ixtapan de la Sal, con rumbo a Toluca por la noche e intentas subir a un autobús, es posible que sea el número 40 el que se pare y te abra la puerta. Al abordarlo notarás que es un autobús antiguo, pero en buenas condiciones, y como algunas líneas de autobuses usan vehículos no tan nuevos, no te importará mucho, pero entonces te percatarás de que aún cuando va lleno, con personas de pie, hay siempre un lugar vacío, o dos o tres, siempre de acuerdo con el número de personas que se acaben de subir. Nadie ocupa esos asientos así que te sientas aún cuando te parece raro, y sientes un vacío en el estómago. Te percatas de que a pesar de la hora nadie va dormido, mujeres hombres y niños van despiertos, pero nadie habla, ni siquiera los niños, es un silencio pesado, además todos van bien arreglados ¿Por qué? Nadie lo sabe.
El auxiliar del chófer quien revisa los billetes (o te cobra el pasaje) comienza pocos minutos después a revisarlos, preparas el importe de tu pasaje pero, jamás pasa a tu lugar para solicitar el costo, eso es aun más raro, pero piensas que al bajar en la terminal pagarás.
 Llegas a Toluca sin contratiempos, pero pasada la media noche, entonces el chófer detiene la unidad antes de llegar a la Terminal y te dice que debes bajar en ese momento, aunque el trayecto no ha acabado y no entiendes la razón obedeces. Entonces al llegar a la altura del chófer, el único que habla, y al intentar pagar tu pasaje, te dice que no es nada y añade:
 “Baja ahora y no te gires antes de que cierre la puerta o jamás dejarás el autobús”.
 Quienes obedecen, bajan y no se giran, si no hasta que se escucha el sonido de la puerta al cerrar y el motor del autobús arrancar, sólo para darse cuenta de que no hay autobús, este mismo ha desaparecido. Los desobedientes al bajar y girarse ven el autobús hecho pedazos, dentro esqueletos descarnados y el chófer mirándote sin decir nada. El autobús desaparece y la persona en cuestión muere unos días después.
 Se dice que a partir de ese momento su fantasma sube al autobús y viajará eternamente en él por causa de su desobediencia. Si por casualidad algún día viajas a Ixtapan de la Sal y de regreso tu auto no funciona, no te arriesgues, si es de noche, a subirte a un autobús, quizá sea el número 40.
Si es así sólo obedece las instrucciones de ese modo podrás contarlo, de lo contrario serás condenado a viajar por esa ruta en ese autobús por la eternidad…

jueves, 28 de junio de 2012

ORBES






Al parecer se conocen desde hace mucho tiempo y fenómenos similares han sido bautizados con llamativos nombres en muchas partes del mundo. Faery Lights, Hobbedy's Lantern, Corpse-Candle, Elf Fire, Jack-o-Lantern, Will-o'-the-Whisp, Bob-A-Longs, Night Whispers, Fire Faeries, Jenny Burnt-Tail , Hunky Punky, Teine Sith, Huckpoten, Irrbloss, Les Eclaireux, Candelas, Ruskaly, Fox Fire, son algunas de las denominaciones extranjeras para estos fenómenos similares. Los japoneses los llaman de forma muy gráfica "hito-dama", que significa algo así como  persona-globo.


Podemos afirmar que ordinariamente son formas móviles y que su movimiento puede parecernos, caprichoso y errático. Algunas veces poseen una trayectoria puramente balística, dejando un curioso reguero en la fotografía debido a su alta velocidad.  Otras veces, las series de  instantaneas muestran un movimiento pausado  tipo ‘mosca’, con trazados y circunvoluciones suaves y lentas. 


Su forma es perfectamente esférica, aunque el autor posee pruebas  fotográficas de orbes con formas más exóticas (cardioides, en forma de escudo, estrella o mórula, acampanados, etc). Desconocemos el motivo para que estas extrañas formaciones adopten una forma esférica pero algunos investigadores han teorizado lo siguiente; en el mundo natural la esfera es la forma más perfecta y de diseño más económico y en relación a los orbes la esfera sería la mejor manera de ‘contener’ de forma económica un paquete de energía. 


Ocasionalmente se agrupan en ‘clusters’ o aluviones, formando una imagen extremadamente densa de globulos esféricos, situados a diferentes distancias y alturas, y con colores y densidades tambien diferentes, y haciendo prácticamente imposible realizar un recuento numérico. Su tamaño estandar parece ser el equivalente a una pelota de ping-pong aunque tambien se han fotografiado orbes de dimensiones gigantes y otros de tamaño minúsculo. Su gradación en la coloración y en la traslucidez sugiere que efectivamente poseen diferentes densidades y que reflejan de forma distinta la radiación luminosa. No parecen tener luminosidad propia pero reflejan la luz del flash fotográfico y la radiación infrarroja. Este es un aspecto especialmente problemático, ya que si son capaces de ser iluminados por el flash de la cámara, tambien deberian ser detectados a simple vista. Aparcaremos este asunto para un desarrollo posterior.


Su altura de vuelo parece ser extraordinariamente baja. Normalmente suelen flotar a una altura equivalente a un ser humano o incluso a ras del suelo. A pesar de disfrutar de unas propiedades físicas envidiables, su presunta ‘inteligencia’ les lleva a realizar complejas trayectorias de vuelo que podríamos señalar como ‘quasi-humanas’. Podemos encontrar fotografías de orbes subiendo escaleras cuando lo lógico sería realizar un vuelo con trayectoria más lineal y menos compleja por encima de los peldaños. 


Los orbes aparecen fotografiados en escenarios vitales de alta carga emotiva. Puede ser un funeral, una fiesta de cumpleaños, el día de la Patria o una procesión religiosa. Según el notable investigador malagueño Antonio Guerrero, es evidente que existe una relacion directamente proporcional entre ciertos lugares y personas fotografiadas y sus correspondientes energias emocionales en juego.


Aunque no siempre es así, la aparición de orbes parece estar supeditada proporcionalmente al número de personas que se hallen en el escenario y que se encuentren emocionalmente ‘sintonizadas’. Digamos que se produce un efecto de resonancia que hace aparecer un mayor número de orbes.


Los orbes aparecen en algunos casos fotografiados en íntima cercanía con un agente. Pareciera que surgen o emanan directamente de esa persona en cuestión. Como curiosidad, anotar que en fotografias de orbes en donde el agente era un bebé o un niño, el tamaño del orbe era especialmente reducido en proporción a otros presentes en el mismo escenario fotográfico. Esto nos podría llevar a pensar de forma simplista que personas adultas emanan orbes grandes y niños pequeños emanan orbes reducidos.


Los orbes se comportan aparentemente de manera inteligente. Podemos suponerles sin ningún problema un tipo de inteligencia primaria (similar a la de un animal) y es innegable su relación con otro tipo de fenomenos anómalos de significancia elevada (psicofonías, p. ej.).


Los orbes presentan tendencias y patrones de comportamiento, es decir, realizan rutinas de actuación y actualizan sus reacciones conforme se varía su entorno. Suben escaleras, se sientan en sillones y reaccionan de forma coherente ante la presencia de un agente. Esto supone un mínimo de inteligencia y emocionalidad.


También pueden ser espíritus, que son captados con el flash de las cámaras.